La digestión es la clave
¿Sabías que una digestión pesada puede robarte hasta el 80% de tu energía?
Si no prestamos atención, podríamos pasarnos una vida entera intentando realizar la digestión.
Una digestión pesada muchas veces termina en hinchazón, malestar, pesadez.
Es una situación muy molesta, que si no le prestamos la debida atención, en la mayoría de casos termina cronificándose y terminamos normalizando el sentir molestias digestivas.
Las digestiones pesadas pueden deberse a muchos factores, como por ejemplo:
Comer en exceso.
Una comida mal combinada.
Comer sin hambre.
Una microbiota intestinal desequilibrada.
Comer cuando sentimos estrés o emociones que nos sacuden.
Como ya te he mencionado en otro artículo, en nuestras digestiones influye lo que comemos, pero también nuestros estados emocionales y nuestra forma de comer.
Quiero dejarte aquí unas preguntas para invitarte a reflexionar:
¿Te sientes igual cuando comes unos garbanzos con chorizo y tocino (y todo lo que le eches), que cuando comes esos mismos garbanzos pero solamente acompañados de vegetales?
¿Crees que el trabajo digestivo al que se ve sometido nuestro organismo es igual con una comida que con la otra?
¿Te has fijado que cuando tienes un disgusto, inmediatamente se forma un “nudo en el estómago” que indica (literalmente) que no estás preparado para comer en ese momento?
¿Eres de las personas que comen a todas horas, comen por hábito, por aburrimiento, por matar la rutina…?
¿De qué te has dado cuenta?
Comer cuando estás atravesando un estrés emocional o de cualquier otro tipo, te sentará mal, ya que tu cuerpo en ese momento no se encuentra en condiciones de asimilar aquello que has comido.
La secreción de jugos gástricos, pancreáticos e intestinales se ve interrumpida por ese estado emocional que nos ocupa.
Si comemos en esos momentos, corremos el riesgo de alargar la digestión durante horas.
Comer con estrés puede retrasar e incluso interrumpir la digestión.
Libera tus digestiones y aumenta tu calidad de vida
Liberar el aparato digestivo de su excesivo trabajo diario es un paso fundamental para permitir que las demás funciones fisiológicas se lleven a cabo de forma correcta.
Como te decía, sin darnos ni cuenta, la digestión nos puede robar hasta el 80% de nuestra energía.
Y si eso pasa, entonces no nos quedará energía para dedicarle a otras funciones tan vitales y fundamentales de nuestro organismo, como lo es la digestión.
Funciones como descansar, hacer ejercicio, trabajar, quedar con amigos o con nuestra pareja, realizar actividades que nos gusten, etc., se ven mermadas cuando el trabajo digestivo es excesivo.
En este otro artículo te hablo sobre los tres grandes sistemas en que el organismo reparte su energía: nutrición, eliminación y relación.
Por todo esto, en mis seguimientos le doy una importancia vital a la alimentación.
Creo que la alimentación es una llave que permite aprender a comunicarnos con nuestras emociones y con nuestro cuerpo a través de ella.
No podemos separar la nutrición de las emociones. Como tampoco podemos separar la digestión de aquello que vivimos.
Mi trabajo es ayudarte a identificar esas señales que te manda tu cuerpo, a nutrir todas las áreas de tu vida y a crear hábitos que te permitan consolidar una salud plena, radiante y sostenible en el tiempo.
Quiero ayudarte a dejar de normalizar síntomas como la pesadez de estómago y las hinchazones, para que puedas disfrutar de una vida libre de molestias digestivas.
¿No crees que reeducar tu organismo y aprender a hacerle caso se vuelve una tarea urgente en la sociedad en la que vivimos?
Si te has sentido identificado/a, te invito a ponerte en contacto conmigo pinchando en este enlace.
Te regalo 45 minutos para encontrar contigo la mejor forma de ayudarte.
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