Descubre las bases de la alimentación energética y antiinflamatoria
Si quieres que tu alimentación sea realmente antiinflamatoria y te proporcione la energía que necesitas, precisas conocer estas cuatro reglas.
Puedo asegurarte que si integras al menos una de estas reglas, notarás cómo tus digestiones se vuelven más livianas al tiempo que experimentas un aumento exponencial de tu energía y tu organismo comienza a sanar de dentro hacia afuera.
Por eso, en este artículo quiero compartir contigo las bases nutricionales que aplico en mis acompañamientos.
Considero que son los pilares de una alimentación sana, antiinflamatoria y energética.
1ª regla: NATURAL
Cuando me refiero a “natural”, quiero decir que tus comidas sean lo menos procesadas posible.
Y para conseguirlo, debes basar tus comidas en alimentos de origen vegetal.
Las frutas y verduras son vitales en nuestra dieta.
Nos proporcionan un aporte de fitonutrientes, hidratos de carbono de liberación lenta, proteínas, grasas saludables, enzimas, vitaminas, minerales, etc. indispensables para nuestras células.
Entre muchos de los beneficios de incluir un porcentaje mayoritario de frutas y vegetales en nuestra dieta, puedo mencionar algunos como
Nos ayudan a regular la tensión, el tránsito intestinal y el peso corporal.
Potencian el sistema inmunitario.
Tienen efecto diurético.
Disminuyen el colesterol “malo”.
Aportan fluidez a la sangre.
Nos proporcionan saciedad y energía con muy pocas Kcal.
2ª regla: VARIADO
Aquí, la idea es basar tus comidas en la variedad.
Cada alimento posee ingredientes específicos y únicos, y los colores de los alimentos reflejan esas propiedades nutricionales.
Por eso es vital alimentarnos de la manera más variada posible.
Para asegurarnos de incluir todos los colores y nutrientes, podemos usar una paleta cromática y ver qué color nos falta.
También podemos combinar frutas y verduras de diferentes colores cada día, para asegurarnos un aporte de prácticamente todos los nutrientes que necesitamos para mantener una vida saludable.
Como diría el Dr. Karmelo Bizkarra, “come colores, llénate de vida”.
3ª regla: CRUDO
La idea central de esta regla, es basar tus comidas en alimentos integrales, tal y como la naturaleza nos los brinda.
Recuerda que cuanto mayor exposición al calor, mayor pérdida de nutrientes, mayor desvitalización, mayor pérdida de sabor y, por tanto, menor salud en tu plato.
El alimento crudo contiene todos los nutrientes que necesitamos: aminoácidos, hidratos de carbono, ácidos grasos, enzimas, minerales, vitaminas, agua, fibra y un sinfín de oligoelementos.
Aporta a tus células la cantidad de nutrientes que necesitan y ayudan a que el organismo pueda metabolizar la comida cocinada, favoreciendo una óptima digestión.
Además, el alimento crudo aporta saciedad, provocando una disminución de la cantidad de alimento cocinado que ingieres, lo que se traduce en una mayor calidad de vida.
Recuerda: si vas a consumir alimentos cocinados acompáñalos con una buena ensalada.
4ª regla: SENCILLO
Basa tus comidas en la sencillez: en digestión, menos, es más.
Cuanto más sencilla tu comida, más ligera será tu digestión.
Es de vital importancia no sobrecargar en exceso el aparato digestivo con combinaciones muy pesadas, tratando de digerir varios tipos de alimentos en una sola ingesta, ni con muchos ingredientes por vez.
Cuanto más liviano sea el trabajo al que sometemos a nuestro aparato digestivo, mayor energía disponible tendremos para otras funciones vitales como:
descansar,
socializar,
practicar ejercicio,
disfrutar de nuestro entorno,
vivir nuestras emociones,
querernos...
La integración de estas cuatro reglas permiten que nos acerquemos a una alimentación sencilla, de baja carga digestiva, de alto valor nutricional y sobre todo, antiinflamatoria.
Es decir, al integrar estas cuatro reglas en tu alimentación, alejarás la inflamación crónica de bajo grado de tu vida, y con ella, se ahuyentará también la enfermedad.
Y para que veas que no es tan complicado, te comparto un ejemplo de un día integrando estas cuatro reglas:
Desayuno: macedonia de frutas frescas (por ejemplo, de kiwi y fresas). Comida: ensalada de vegetales crudos (lechuga, tomate, aguacate y pepino) + quinoa integral con verduras a la plancha (calabacín y pimientos). Si eres omnívoro, podrías comer huevos cocidos o pescado en vez de quinoa, por ejemplo. Cena: piezas de frutas dulces (mango, pera y plátano); o ensalada (como la del mediodía o con otros ingredientes que te gusten); o una crema de verduras (calabaza y papas). Para entre horas, podrías recurrir a las frutas o los frutos secos crudos. Como puedes ver, en este menú están las cuatro reglas contempladas: NATURAL en mucho porcentaje: solo hay dos platos con proceso de cocinado, y es hecho en casa. VARIADO: observa la variedad de colores: amarillo, rojo, verde, naranja, blanco… si incluyes arándanos o berenjenas, ya tendrías toda la gama de colores de los alimentos. CRUDO: la fruta sola, las ensaladas. SENCILLO: los platos están compuestos de pocos ingredientes. Integrar estas cuatro reglas te permite disminuir la carga digestiva, reducir la inflamación sistémica, equilibrar tu microbiota y reforzar, de esta manera, tu sistema inmunitario. Es decir, la integración de estas reglas, se traduce en una mayor calidad de vida en todos los aspectos de nuestra vida. Estoy segura de que pronto notarás un aumento exponencial de tu energía vital, y podrás experimentar los beneficios de vivir una vida plena, ligera y sana.
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