La fiebre, una aliada de nuestro bienestar
Desarrollar una fiebre, es decir, elevar la temperatura corporal, es un mecanismo innato de defensa.
La fiebre es una de las herramientas de limpieza más potente con las que cuenta nuestro organismo.
Una temperatura elevada favorece la rápida eliminación de virus y bacterias dentro de nuestro cuerpo.
Al alcanzar los 39 ºC, muchos virus y bacterias no pueden seguir desarrollándose.
El virus de la poliomielitis, por ejemplo, prolifera fácilmente a los 35 ºC. Pero a los 40 ºC, estos virus son 250 veces menos numerosos.
Existen muchos virus para los cuales las temperaturas entre 39 y 40 ºC, impiden su reproducción.
Y son justamente estas temperaturas las que juzgamos como “anormales” para nuestro organismo.
En realidad, una fiebre alta podemos interpretarla como un indicativo de que la persona tiene un buen estado de salud.
Además, indica que tiene mayor energía vital para poder desencadenar estos procesos y ayudar a la eliminación de toxinas del organismo.
Las palabras del Dr. André Passebecq, célebre higienista francés, ilustran esta idea:
"No hay nada más favorable para el enfermo que una fiebre alta (...) La temperatura se mantendrá elevada mientras las toxinas no sean, en gran parte, eliminadas”.
La fiebre es un síntoma que nos indica que algo no está del todo bien en nuestro cuerpo.
Interferir en los procesos febriles, retrasa la acción de limpieza del organismo.
Por eso, no cortes la fiebre a no ser que suponga un riesgo grave para tu salud.
Recuerda que en un estado de salud, los microorganismos que habitan en nuestro organismo se mantienen en perfecta simbiosis con nosotros.
El profesor A. Lwoff, premio Nobel de medicina en 1965, ha demostrado en sus investigaciones que la mayoría de los virus, especialmente los de la gripe y la poliomielitis, son incapaces de desarrollarse a temperaturas mayores o iguales a 39 ºC
Fiebre: permite que se manifieste
¿Has notado que normalmente, cuando tenemos fiebre, se nos va el apetito?
Si te fijas en los niños, puedes verlo con mucha claridad.
Ellos están más conectados con su instinto y rehúsan comer cuando no se sienten bien.
Cuando desarrollamos fiebre, el cuerpo necesita la energía disponible para los procesos de eliminación y regeneración, y por eso nos induce al ayuno de forma natural.
Lo que necesitamos es estar en calma y descansar para poder reponer la energía nerviosa.
Pero por desgracia, en la cultura en la que estamos inmersos, se mantiene la creencia (y la costumbre) de que es preciso comer para reponer energías y sentirnos más fuertes.
Además de que nos exigimos estar bien lo antes posible y casi no nos permitimos el descanso que necesitamos.
Comer cuando estamos atravesando estos estados febriles, en realidad es un error.
Darle alimento al cuerpo cuando no nos lo pide, merma las capacidades curativas del organismo, y nos debilita.
No respetar los procesos naturales del organismo puede terminar cronificando enfermedades.
Cuando nuestro cuerpo eleva su temperatura corporal, desarrolla una función limpiadora, eliminando las toxinas que teníamos acumuladas en la sangre y los tejidos.
Por eso es importante que estos procesos no sean abruptamente cortados con medicamentos para bajar la fiebre.
Si obligas a tu cuerpo a restaurar su temperatura corporal normal de golpe, estarás cortando todos los mecanismos de eliminación y regeneración que han sido iniciados con la fiebre.
Consejos para días de fiebre
Para afrontar procesos febriles, lo mejor es descansar y abrigarse, pero no demasiado.
Te invito a encontrar un ambiente relajado, tranquilo, con poca luz y buena ventilación.
Te recomiendo permitirte una pausa. Olvídate de las obligaciones y permítete un tiempo para ti.
Es mediante el descanso que el organismo puede regenerar la energía nerviosa que necesita para restaurar la salud.
También te invito a ayunar hasta que la fiebre desaparezca.
Si ayunas hasta la desaparición de la fiebre, conseguirás que los procesos de eliminación y regeneración, se realicen de forma mucho más rápida y eficiente.
Recuerda que si permites a la fiebre que haga su labor, esta desaparecerá de forma natural al cabo de unos días.
Sé que a veces no nos es sencillo parar y respetar esa sensación de “no hambre”.
Esto es porque muchas veces encontramos en algunos alimentos un alivio instantáneo y una sensación de protección y de falsa energía.
Por eso, hoy te voy a invitar a priorizar alimentos con baja carga digestiva y alta densidad nutricional.
Así que, si comes en procesos febriles, asegúrate de que sean alimentos que te aporten muchos nutrientes con muy poco esfuerzo digestivo.
¿Te imaginas a qué alimentos me estoy refiriendo?
¡Eso es! En procesos febriles, prioriza las frutas.
De esta manera, como las frutas tienen una digestión muy rápida, no fatigarás tu organismo y permitirás que la fiebre continúe su labor de limpieza y regeneración.
FOTOS:
Comments