Ayuno: ¿Qué sucede en nuestro organismo?
Creo que es importante que le perdamos el miedo a un proceso que sucede cada día de forma natural en nuestro organismo, ¿me acompañas?
El ayuno está siempre presente en nuestra vida.
Cada noche realizamos un ayuno nocturno de entre 8 y 10 hs. de forma natural y sin que ello nos genere ninguna deficiencia nutricional.
Pero, ¿qué ocurre en el cuerpo durante los ayunos?
Durante los ayunos, se potencia el proceso de autolimpieza celular más potente del que disponemos los animales: la autofagia, o lo que es lo mismo, “comerse a uno mismo”.
Figuras tan relevantes como Hipócrates, Platón o Sócrates en su época ya hablaban de los beneficios de los ayunos.
El mecanismo de autofagia es hoy reconocido mundialmente.
Esto se debe a que el científico japonés Yoshinori Ohsumi ganó el premio Nobel en 2016, con su investigación sobre los mecanismos que se desarrollan en la autofagia.
Se ha visto que el mecanismo de autofagia tiene un impacto positivo sobre diversas enfermedades hepáticas, intestinales y cardíacas.
Además, mejora la sensibilidad a la insulina, ayudando a potenciar la calidad de vida y el perfil de las personas con Diabetes Tipo 2.
Breve descripción de la autofagia
Se trata de un proceso catabólico que se produce de manera natural en el organismo.
En este proceso, la célula descompone y destruye las proteínas viejas, dañadas o anormales y otras sustancias en su citoplasma.
A su vez, este proceso también ayuda a destruir los virus y bacterias que se encuentran en concentraciones alteradas dentro del cuerpo.
A partir de ahí, la célula recicla estos desechos y los usa para cumplir otras funciones en el cuerpo, como la regeneración de órganos y tejidos.
El ayuno: un proceso natural
De forma generalizada, se puede decir que el ayuno es un proceso mediante el cual el organismo se ve obligado a alimentarse de sus propias reservas.
Se permite así que la energía vital se centre en eliminar aquello que le sobra y en regenerar los tejidos y órganos que lo necesiten.
Es un proceso natural, ya que muchas veces es el propio organismo el que nos “lo pide”.
Fíjate en los niños: pierden naturalmente el apetito cuando están atravesando procesos febriles o sienten algún malestar.
Lo mismo ocurre con las personas hospitalizadas: es muy raro encontrar individuos con hambre al atravesar estados de enfermedad.
Incluso los médicos utilizan el ayuno como parte del proceso curativo.
¿Te habías dado cuenta que antes y después de una intervención quirúrgica, los médicos nos mantienen con suero fisiológico y no nos permiten comer?
Eso es debido a que nuestro organismo precisa la energía para sanar esas zonas que están dañadas.
Aquí puede verse que muchas veces nuestra patología mejora antes de entrar en quirófano gracias a haberle dado un descanso al sistema digestivo en particular y al organismo en general.
Por la noche, el cuerpo se depura
Como te decía al principio, ayunamos de forma natural cada día durante la noche y eso favorece los procesos de eliminación y regeneración del cuerpo.
Si observamos en la mañana nuestra orina, vemos que tiene un color más oscuro y un olor más potente que durante el resto del día.
Así mismo, nuestro sudor es más oloroso y a veces tenemos flemas, ya que el moco ayuda a expulsar las toxinas del organismo…
Todos estos son síntomas que indican que los órganos depurativos han podido realizar sus funciones correctamente durante la noche.
Esto es posible gracias a que se ha eliminado el proceso digestivo durante suficientes horas.
En el ayuno, el cuerpo se alimenta de sus reservas y permite que los procesos de eliminación y regeneración se activen.
Tipos de ayunos
Existen diferentes tipos de ayunos y cualquiera de ellos trae consigo increíbles beneficios para nuestra salud.
Pueden ser ayunos hídricos, bebiendo agua solamente, pero también se practican bebiendo jugos de frutas o jugos verdes, caldos de verduras o incluso restringiendo las horas de ingesta, como en el ayuno intermitente.
Hay una tendencia actualmente de practicar ayuno intermitente.
Se trata de espaciar los períodos de ingesta-no ingesta entre 12, 16 ó 24 horas.
Cualquier tipo de ayuno nos proporciona beneficios increíbles para nuestra salud.
Es necesario tener en cuenta que habrá patologías que requieran un descanso mayor a nivel digestivo para poder sanar.
Estudios que respaldan la práctica del ayuno
En el ensayo clínico “La alimentación temprana con restricción de tiempo mejora la sensibilidad a la insulina, la presión arterial y el estrés oxidativo incluso sin pérdida de peso en hombres con prediabetes” *, se concluye que:
"El ayuno intermitente mejora la salud cardiometabólica, la sensibilidad a la insulina, la capacidad de respuesta de las células β, la presión arterial, el estrés oxidativo y el apetito".
Otro estudio muy interesante, es el llevado a cabo por Valter D. Longo, profesor de biogerontología en la Universidad de California.
En este estudio, el profesor Longo ha estudiado dos grupos de ratones con cáncer que eran sometidos a quimioterapia.
Un primer grupo comía normal y un segundo grupo ayunaba 48 hs antes de recibir la quimioterapia.
La quimioterapia recibida fue de 3 a 5 veces mayor que la que se proporciona a un humano, y el estudio fue realizado en total por tres laboratorios diferentes.
Todos los estudios llegaron a los mismos resultados.
El resultado fue de una supervivencia del 35% en el grupo que continuaba comiendo antes de la quimioterapia.
Los ratones supervivientes se encontraban muy quietos, y su cerebro y su corazón mostraban daños.
Mientras que el segundo grupo, que había sido sometido a una restricción alimentaria de 48 hs, luego de la dosis tan alta de quimioterapia:
Se movía como normalmente.
Mantenía el pelo.
No tenía daño en los tejidos.
Las funciones cognitivas parecían intactas.
* realizado por Elizabeth F Sutton , Robbie Beyl , Kate S temprano , William T Cefalu , Eric Ravussin , Courtney M Peterson
Conclusiones finales
Con todo lo expuesto, es fácil llegar a la conclusión de que integrar ayunos en el día a día puede mejorar ampliamente nuestra calidad de vida.
Y que la forma más sencilla de comenzar es integrando el ayuno intermitente, de una forma realista, de acuerdo a nuestras posibilidades y circunstancias reales.
Por esto, no quisiera acabar el artículo sin antes recordarte que aunque se trate de un proceso natural, en muchas ocasiones se precisa la guía de un profesional.
Esto es debido a que nuestros hábitos alimentarios por lo general están alejados de esta práctica.
El papel del profesional es guiarte para integrar esta práctica sin tensiones, sin ningún efecto rebote y sin pasar hambre.
Además de ayudarte a gestionar todos los síntomas que el complejo cuerpo-mente manifiesta como forma de curación.
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